ASESINATO EN LA MANSION DE LA CARRERETA (CUENTO DE SUSPENSO PUBLICADO POR ITA EDITORIAL)


 

ASESINATO EN LA MANSIÓN DE LA CARRETERA

 

Era una noche fría de octubre, caía una fuerte lluvia con tormenta eléctrica incluida, yo iba en mi carro por carretera rumbo a una ciudad distinta a mi ciudad de residencia para una reunión familiar, pero se me estaba haciendo cada vez más complicado llegar a mi destino en esa noche, de verdad que quiera llegar pronto, pero a veces hay cosas que están fuera de nuestro control, como lo que me sucedería durante esa noche, por más que quisiera llegar a mi destino pronto no iba a poder, la noche me tenía preparado algo diferente.

Como la luvia no quería cesar, se volvía cada vez más peligroso andar en carretera, y entonces decidí buscar un lugar donde guarecerme por lo menos hasta que terminara la lluvia, el único lugar que pude ver en medio de la niebla fue una casa con algunas luces prendidas, afuera de la carretera subiendo por una montaña; decidí ir hacia allá, al llegar noté que era una casa muy grande, una mansión, se trataba de la residencia de personas muy acaudaladas, probablemente clasistas, no sabía si me dejarían entrar, de todas maneras tenía que intentarlo, bajé del carro, corrí hacia el portón en medio de la lluvia, di un par de golpes en la puerta, al abrirse la puerta, me recibió una mucama, le pedí que me dejara entrar y accedió.

Por dentro era una casa amplia con un vestíbulo muy amplio, que tenía en la mitad una mesa con un frutero, más atrás de la mesa, en el fondo, en toda la mitad estaba la escalera para subir al segundo piso, en ese momento llegó un hombre de más de 40 años, me reconoció de inmediato, ¿Usted es el detective FRAN KEPPLER verdad? - Soy yo – respondí, ¿quién es usted? -  le pregunté – Mi nombre es DOMINIC He leído mucho sobre usted – me dijo. – Me tomé la libertad de entrar porque estoy buscando un lugar donde guarecerme de la tormenta, espero no haya ningún problema-. – Para nada, si quiere siéntese en la sala, ¿desea algo de tomar?, ¿un café, una aromática? – Un café estaría bien. DOMINIC le hizo una seña con la cabeza a la mucama, los tres nos fuimos en direcciones distintas.

La sala era grande, con sofás y sillas de cuero y una pequeña mesa en la mitad la cual tenía unas revistas, había cuatro personas, dos mujeres y dos hombres, solo los miré sin decir nada y me senté en uno de los sofás, agarré una revista y me puse a leerla.

Pasó un rato, nada que me traían el café, aunque tampoco iba a pedirlo claro está, tenía que quedarme en mi lugar sin decir nada, en una casa enorme, rodeado de personas que no conocía, de pronto se escuchó un grito muy estruendoso, - AAAHHHH-. Todos los que estaban conmigo en la sala se levantaron, yo preferí quedarme sentado, no me interesa el chisme y menos en un lugar desconocido. La lluvia seguía muy fuerte, los truenos sonaban cada vez más duro.

Como una sombra, entre los claroscuros generados por los truenos, apareció DOMINIC en la entrada de la sala, se acercó llorando y me dijo: - Necesito su ayuda -. ¿Qué ocurre? Pregunté-. – No puedo explicárselo acá, tiene que verlo -. De mala gana me levanté, no quería, estaba muy cómodo.

Seguí a DOMINIC, salimos de la sala, subimos al segundo piso, llegamos a una habitación, ahí estaban todos los de la sala y la mucama, se hicieron para un lado y vi en el piso, el cadáver de una señora de unos 45 años, de la cintura para arriba del cuerpo estaba afuera de la habitación hacia el balcón, solo las piernas estaban dentro de la habitación, la ventana corrediza grande de la habitación estaba rota, y el cadáver tenía signos de que fue atacado a puñaladas. Me acerqué a DOMINIC y le dije: - Ya veo, la verdad no me interesa, no quiero trabajar, estoy en medio de un viaje de descanso. Me disponía a salir de la habitación cuando de pronto alguien me agarró del brazo y me detuvo, volteé a mirar y era DOMINIC, - por favor ayúdeme, la victima es mi esposa, entiendo que quiera descansar, pero tampoco puede salir de la casa por ahora, al menos corresponda de esta manera a mi hospitalidad -. Tomé un respiro profundo, DOMINIC me soltó el brazo, - ¿ya llamó a la policía? Pregunté. - Ya, pero ellos se van a demorar un poco en llegar, lo mas cercano que tenemos es usted, respondió. -.

Levanté la voz ante todo el auditorio, saqué mi pistola y les apunté directamente, todos se asustaron: - Escúchenme todos con mucha atención: yo soy el detective Fran Keppler, tengo la autoridad casi que de un policía, ustedes a partir de este momento van a hacer todo lo que yo les diga, lo primero es que nadie puede salir de esta casa hasta ni tratar de esconderse hasta que resolvamos este misterio, además no tiene como salir, todos ustedes son sospechosos, y estoy hablando de todos señor DOMINIC. – ¿Insinúa que uno de nosotros fue el que la mató? -. Si, respondí. Me acerqué a él y le pregunté: ¿hay alguien más en la casa? – No, respondió. – Perfecto, los protagonistas del juego seremos solo nosotros.

Le dije a la mucama que me acompañara, bajamos a toda velocidad, ya en el vestíbulo le dije que cerrara con llave todas las puertas y ventanas de la casa, así me aseguré de que nadie saliera, presumía que la tormenta no era suficiente impedimento.

Volví a subir a la habitación del asesinato, me acerqué al cadáver, saqué de uno de los bolsillos de mi abrigo unos guantes de latex, de los que utilizan los médicos, me agaché y le hice un chequeo al cadáver, viendo la cabeza, el tronco, los brazos y las piernas, después  me puse de pie otra vez, me acerqué a la ventana, vi que las marcas de la rotura estaban hacia afuera de la habitación, no hacia adentro, me acerqué a la baranda del balcón en medio de la fuerte lluvia, miré para abajo y vi unos matorrales en mal estado, como si algo les hubiera caído encima, volví a entrar a la habitación y me dirigí a todos: - damas, caballeros, en el transcurso de la noche voy a tener que hablar en privado con cada uno de ustedes, por ahora retírense de la habitación por favor. Al quedarme solo, sin tantos ojos encima, puede tener más comodidad para revisar la habitación buscando algún indicio, miré el armario, debajo de la cama, el baño, y la mesa de noche, no vi nada fuera de lo normal, salí de la habitación y entré al estudio, ahí vi fotos de la mujer asesinada, y unos diplomas, ella era Clarissa Faccini, conocida por la gente del común como la verdadera dueña de la ciudad, había escuchado mucho de ella, pero jamás se dejaba ver por ahí, razón por la cual al ver el cadáver no la reconocí.

En ese momento entró DOMINIC, - ya iba a ir a buscarlo. dije – cierre la puerta por favor-. Saqué de mi abrigo una pequeña libreta que siempre llevo, - siéntese. Le dije -. Él se sentó en un sofá y yo en una silla.

Empecé mi interrogatorio. – DOMINIC hábleme por favor de su relación con su esposa, su opinión sobre ella, ¿cómo era su matrimonio? -. Ella era una mujer extraordinaria, muy obvesiva con su trabajo, es verdad, pero porque era muy perfeccionista, quería tener todo bajo control, - ¿Ella era igual en la relación? Pregunté. – Ella al principio fue maravillosa. -¿Solo al principio?. – Me amó de verdad, igual que yo a ella, solo que en algún punto permitió que su obsesión por el trabajo tocara nuestra relación, aun así, yo la comprendí. Apuntó. – Ya veo, ¿Y usted no compartía el trabajo con ella? -. – No, mi trabajo es distinto -. -En el momento del crimen, ¿dónde estaba usted? -. – Yo no estaba, había llegado a la casa minutos antes de que usted lo hiciera-. Me quedé observándolo un momento, me levanté de la silla y le dije: - es todo por ahora, gracias por su cooperación-. Él me miró con seriedad, después salí del estudio.

Bajé rápidamente las escaleras, fui hacia la cocina, es una cocina grande con una mesa en la mitad, ahí estaba la mucama, cerré la puerta. -Necesito hablar con usted un par de minutos. Le dije -. – ¿En que le puedo colaborar? Preguntó -. Me senté en una de las sillas de la mesa de la mitad, - hábleme por favor de usted y de su relación con Clarissa, ¿Cuál es su nombre? ¿desde cuándo conoce a Clarissa?, ¿Cómo entró a trabajar acá? -. – Mi nombre es Bertha, yo conozco a la señora Clarissa desde hace muchos años, entré a trabajar a la casa cuando ella era adolescente. - ¿Cómo era el trato de ella hacia usted? -. – Al principio no fue más que alegría, pero después de que murió la señora Octavia, la mamá de ella, cambió por completo, se volvió agresiva, exigía mucho que la casa estuviera perfecta, cuando algo no me quedaba del todo bien, era muy agresiva, y se ponía peor las noches en que llegaba de mal humor. Anoté todo con detalle en mi libreta. En ese momento llegó una de las mujeres de la reunión y nos dijo que estaban tocando a la puerta, era una mujer muy guapa, con cabello marrón y ondulado.

BERTHA y yo salimos de la cocina, BERTHA abrió la puerta, eran dos policías, los hicimos seguir, los llevé hasta donde estaba el cadáver, mientras los llevaba les expliqué la situación, ellos se quedaron en el cuarto de CLARISSA, yo volví a bajar y vi a la mujer que nos avisó de la puerta, forcejeando con BERTHA por las llaves de la casa, saqué mi revolver e hice un disparo al aire, - Nadie se mueve de esta casa hasta que yo lo ordene, ¿tengo que repetirlo? – es que necesito ir un momento a mi carro que está afuera -. BERTHA abrió la puerta, -¿Cuál es su carro? Le pregunté a la mujer. -  el rojo que está allá con la parte de adelante hacia acá -. – Permítame las llaves de su carro y venga conmigo. Le dije.

Ella me entregó las llaves y fuimos los dos, la lluvia había bajado un poco, abrimos el carro, le pedí que me dejara revisar, cuando abrimos la cajuela encontré una bolsa, me puse mis guantes de latex, saqué la bolsa, la revisé, contenia un abrigo con capucha de color negro, unos guantes negros y unas botas de cuero negras, todo con rastros de sangre. – ¿Qué significa esto? Pregunté -. Ella visiblemente afectada me respondió: - Yo, yo no sé cómo llegó eso ahí, lo juro, estoy tan sorprendida como usted -. Se recostó contra la puerta izquierda trasera del carro, saqué mi libreta y la empecé a interrogar, -debo hacerle algunas preguntas-. – Las que quiera. Me dijo -. - ¿Cuál es su nombre? -. – LARA -. ¿Qué relación tiene o tenia con CLARISSA? -. – Yo era su asistente personal -. - ¿Y por qué vino hoy a la casa de ella si su relación es laboral? -. – A veces cuando no lográbamos terminar el trabajo en la oficina ella me decía que viniera con ella y lo terminara acá -. - ¿Cómo era el trato de ella hacia usted? Me han dicho ella era muy perfeccionista -. – Así es, era muy perfeccionista e histérica, sobre todo cuando estábamos en la etapa final de algún proyecto, ella quería que todo saliera perfecto, si no se lograba la perfección, siempre había una victima que pagara el descuido. - ¿Qué opinión tiene de DOMINIC? -. - ¿Por qué la pregunta? -. – Algo de rutina -. – Es guapo. Sonrió un poco. Continuó: - siempre ha sido un caballero, nuestra relación es laboral como fue mi relación con CLARISSA -. – Entiendo. Bueno eso es todo por ahora, muchas gracias -. Agarré la bolsa y los dos regresamos a la casa.

Vi a los dos policías en la sala hablando con los demás. - Esto lo encontré en el carro de ella. Dije. Uno de los policías lo agarró, lo vio y dijo: - entonces ella es la culpable, arrestémosla -. – Un momento, aun no he terminado mi investigación. – pero ¿Qué más pruebas necesita? Dijo el otro policía. – Debo hablar con todos y armar todas las piezas del rompecabezas-. La otra mujer de la reunión se levantó, dijo que debía ir al baño. Le pedí a uno de los policías que la vigilaran, el otro se quedó, y LARA también.

-Tengo que hablar con ustedes dos. Le dije a los dos hombres de la reunión, que aún estaban ahí en la sala-. Uno de los dos era de contextura gruesa y crespo, y el otro era más bien delgado y con barba pulida. Saqué mi libreta. – Díganme sus nombres por favor -. - Mi nombre es MAX. Dijo el crespo -. – Yo soy ANDY. Dijo el otro -. - ¿Qué relación tenían con CLARISSA? -. – Era mi hermana. Dijo MAX -. – Era una de mis socias, dijo ANDY-. Díganme por favor como era su relación con ella, pero algo distinto a que era agresiva y perfeccionista que ya todos lo han dicho, y díganme ¿por qué vinieron hoy? -. – Yo vengo a visitarla frecuentemente, respecto a lo otro, debo decir que estaba cansado del afán de ella de controlarlo todo, de tener poder sobre todo, por eso apoyo al candidato a la alcaldía rival del que ella apoyaba. Dijo MAX. – Yo vine hoy a hablar con ella acerca de unos negocios, aparte de mi sociedad con ella, tengo otras empresas, y se me están afectando, vine para poder llegar a un acuerdo con ella que no siguiera afectando mis otras inversiones. Dijo ANDY -. - ¿Cómo era el trato de ella hacia ustedes? -. – Era a veces agresivo y distante, difícilmente decía una frase de cariño. Dijo MAX -. – Por mi parte no me quejo, a veces era muy seria y hasta agresiva, pero entiendo que esa era su manera de ser. Dijo ANDY -. En ese momento LARA se levantó y Salió. – Bueno, creo que es todo, muchas gracias por su cooperación -. Me levanté y salí.

Vi a LARA entrando a la cocina, la seguí, cuando abrí la cocina, ella estaba saliendo hacia el patio, la seguí, salí al patio de atrás, me quedé entre unos arbustos, vi a LARA y DOMINIC dándose un beso, de repente un pequeño brillo en el piso al lado derecho me encandelilló, volteé a mirar y había un puñal que se notaba que había sido limpiado pero aun conservaba unas manchas de sangre, Salí rápido de ahí, hice un sonido con las matas pero para cuando ellos miraron hacia los matorrales yo ya no estaba ahí.

Le entregué el puñal a los policías. Después busqué a la otra mujer, la que había ido para el baño, la encontré en el comedor tomándose un café, era una mujer de más edad que LARA pero también atractiva y con el cabello negro, liso y recogido, me senté al lado de ella y saqué mi libreta. – Aun me falta hablar con usted, espero no se moleste -. – Para nada. Dijo ella -. – Cuénteme ¿Cuál es su nombre? -. – Mi nombre es GERTRUD -. - ¿Cuál era su relación con CLARISSA? ¿desde cuándo la conoce? -. – Ella era mi mejor amiga, era como mi hermana, nos conocemos desde que éramos niñas -. - ¿tanta era su confianza? -. – Mucha. Dijo ella. - ¿Cómo era su relación? -. – Nos adorábamos mutuamente, estábamos la una para la otra, a veces estaba de mal humor, pero era por lo exigente que era con su trabajo -. - ¿Y respecto a DOMINIC, como y desde cuando lo conoció? -. – A DOM lo conozco hace mucho-. - ¿Antes de que ellos se conocieran? -. – Digamos que yo fui quien los presentó -. - ¿Y como era su relación con él en ese entonces? -. – Éramos muy buenos amigos -. - ¿Solo amigos? -. – Nada más, ¿por qué lo duda? -. – Yo solo pregunto… supongo            que para que usted sea la mejor amiga de CLARISSA debe tener una posición social similar -. – Tengo mi propia empresa, me va bien, no de la manera en que quisiera, pero bien -. – Entiendo. ¿Por qué vino hoy?-. – CLARISSA me invitó a tomar onces-. GERTRUD miró para todos los lados, después me volvió a mirar, se levantó de la mesa, se disponía a salir, llevaba puesto un abrigo abierto que se le escurrió de para atrás un poco, entonces se detuvo un segundo, dejó ver que llevaba una camiseta tipo esqueleto de color verde, y alcancé a verle un golpe en el hombro izquierdo, ella se acomodó el abrigo y salió.

Yo salí inmediatamente después de ella y subí al estudio rápidamente. Me senté en frente del escritorio y busqué información de GERTRUD en el computador durante un buen rato, vi un articulo de prensa donde decían que la empresa de GERTRUD tenía problemas financieros por el afán monopolizador del emporio de CLARISSA. Después fui a la habitación de CLARISSA, encontré una pequeña caja en la parte de abajo del armario de ropas, la saqué, me senté en la cama y la abrí, ahí había distintas cosas, una pequeña linterna, papeles, algunas fotografías, hubo una que me llamó la atención, aparecían CLARISSA, DOMINIC muy cariñosos y GERTRUD al lado. Empecé a escuchar unos gritos que venían del primer piso, Sali corriendo y bajé rápidamente.

-¿Qué sucede aquí?-. – Vamos a levarnos ya a esta señorita. Dijo uno de los policías tomando a LARA del brazo. Saqué mi pistola y disparé al aire de nuevo. – Yo aun no he dicho que se pueden ir, además la tormenta sigue y es inseguro salir en carro a estas horas de la madrugada. Todos a la sala de inmediato -. - ¿Si será necesario? Preguntó el otro policía. Miré muy seriamente a los policías. – No estoy bromeando-. Todos entramos a la sala, yo cerré la puerta con llave.

Todos nos sentamos. – Como ya saben, los eventos ocurridos acá nos involucran a todos, si he de ser sincero, todos pueden ser perfectamente culpables, fue una posibilidad que contemplé, pero hubo algo que me hizo descartarla, aunque comparten su desprecio por CLARISSA. El asesino subió por el balcón, entró a la habitación de ella cuando ella estaba de espaldas, la apuñaló, le cortó el cuello y dejó el cadáver con la cabeza hacia el balcón, rompió el vidrio de la puerta del balcón desde adentro y después saltó por el balcón y dejó el puñal en el matorral que está atrás. ¿Quién lo hizo? Es lo que vamos a revelar ahora. DOMINIC y LARA, ustedes fingían frente a CLARISSA, pero en realidad no la soportaban, incluso tienen una relación clandestina, es la cuartada perfecta -. - ¿Insinúa que…? -. - Interrumpí a DOMINIC -. – Yo no estoy insinuando nada, esperen a que termine. BERTHA por su lado, si bien quería mucho a CLARISSA empezó a tomarle rabia y fastidio desde que murió la madre de ella y ella cambió su comportamiento, al final ya no la soportaba-. – Yo… dijo BERTHA. – Que no interrumpan por favor -. – MAX en realidad estaba celoso de todo el éxito y el poder que tenía su hermana, quería ganarle la elección a como diera lugar, la muerte de ella es más que conveniente -. – No, eso no es así. Dijo MAX -. - ¿tengo que repetirlo? Pregunté -. – ANDY en realidad estaba buscando la oportunidad perfecta para dar por terminada su sociedad con CLARISA porque sus otras empresas están en peligro de quebrar, matarla era la forma más eficaz de hacerlo. Y por último GERTRUD, la tierna y amorosa mejor amiga, casi que hermana de la víctima. Tú no solo fuiste amiga de DOMINIC antes de que se casara con CLARISSA, fueron novios, pero tú nunca pudiste olvidarlo, hasta el día de hoy lo sigues amando, nunca pudiste aceptar que CLARISSA se quedara con el amor de tu vida, nunca los presentaste, fue CLARISSA quien te presentó a DOMINIC-. - ¿Y?, eso no me hace una asesina, si en realidad me hubiera importado que ella se quedara con DOM, no habría vuelto a verla -. – Seria posible si no fuera por tus ganas de ver a DOMINIC. Eso no es todo, ahora tu empresa está en riesgo de quebrar porque no puede competir con el emporio de CLARISSA-. – Que yo no soy una asesina. Dijo ella -. – No soportabas a CLARISSA, jamás superaste el hecho de que ella se quedara con tu amado, pero en algún momento estuviste dispuesta a aceptarlo, hasta que viste que el emporio de CLARISSA estaba acabando con tu empresa, no podías tolerar más insultos de parte de ella, por eso llegaste hoy a escondidas antes de la hora de tu cita con CLARISSA y la mataste, y para encubrirlo, después entraste por la puerta y entretuviste a BERTHA para que no subiera, acéptalo-. – Basta ya. Si yo la maté, no solo me quitó mi felicidad, sino que también me estaba quitando mi estilo de vida, no le importaba pasar por encima de quien fuera para lograr sus objetivos, merecía morir, todos aquí no me miren con sorpresa porque todos querían deshacerse de ella, solo ninguno nunca tuvo las agallas; ella me estaba robando mi vida por completo, no podía soportarlo más -. En ese momento los policías tomaron por los brazos a CLARISSA. ¿Cómo descubrió que yo pude haber saltado por el balcón? – No lo habría podido descubrir si no hubiera sido por el golpe en tu hombro -. CLARISSA se dirigió a LARA: - eres muy afortunada, valóralo como no lo hizo la estúpida esa -. LARA sonrió y los policías finalmente se llevaron a GERTRUD. – Respecto a ustedes, su gran deseo se cumplió, eso los hace tan culpables como GERTRUD, pero solo por omisión, ¿cómo llevarán esa carga en su memoria de ahora en adelante?, eso se lo ejo a ustedes, ya no es asunto mío.

Cuando estaba empezando a amanecer paró la lluvia y llegaron los encargados de hacer el levantamiento del cadáver, cuando yo salía de la casa DOMINIC se me acercó, - gracias por su ayuda. Me dijo-. – Descuide, después de todo no tenia otra forma de pasar el tiempo aquí en cerrado toda la noche. Nos despedimos con un estrechón de manos, me subí en mi carro, me despedí mientras DOMINIC y LARA sonrientes se despedían de mí, y me fui.

 

 

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